Imperio Carolingio

El Imperio Carolingio surgió en Europa occidental del siglo 8 d.C. al siglo 9 d.C. derivado de la política de los reyes francos: Carlomagno y su padre Pipino el Breve. En la conformación de este imperio se conjugaron elementos propios del cristianismo y de las culturas bárbaras y grecoromana que dieron origen a la actual cultura occidental.

El reino franco era uno de los principales reinos germanos más destacados, iniciándose con el reinado de la dinastía merovingia, nombrada así por Clodoveo, quién unificó el reino franco, en honor a su abuelo Meroveo. Tras la muerte de Clodoveo en el año 511 d.C., el reino fue dividido en cuatro: Austrasia al este de Francia, Neustria al oeste, Aquitania al suroeste y Borgoña en el centro sur.

Las luchas internas entre los gobernantes merovingios hizo que rápidamente perdieran su poder y prestigio. Durante aquella época recibieron el apodo de «los holgazanes» debido a la decadencia de estos reinos.También permitió que los nobles terminaran por detentar el poder, convirtiendo a los reyes en simples figuras, emergiendo importantes familias que obtuvieron gran poder, entre ellas la familia Heristal, conocidos como los mayordomos de Austrasia.

Carlos Martel, quien era parte de esta familia, dirigió la batalla de Poitiers en el año 732 que fue fundamental para detener el avance de los árabes en Francia. Su hijo Pipino el Breve, unificó nuevamente el reino de los francos al destronar en el año 751 al último de los reyes merovingios iniciándose entonces la dinastía carolingia, familia a la que perteneció Carlomagno, rey germano que hizo intentos para reconstruir el Imperio Romano de Occidente.

Reinado de Carlomagno

Tras el fallecimiento de Pipino el Breve en el año 768 el reino se dividió, de acuerdo a la tradición franca, entre sus hijos Carlomán y Carlos. Tres años después Carlos hereda todo el reino debido a la muerte de su hermano, pasándose a llamar Carlomagno y convirtiéndose en uno de los monarcas más prestigiosos de Europa en la época medieval.

Como único monarca del imperio carolingio, Carlomagno se fija la meta de restaurar la unidad política del Imperio Romano y de impulsar el cristianismo por toda Europa y, para lograrlo, realizó importantes campañas militares como la desarrollada en contra de los sajones, un pueblo que habitaba en el norte de Alemania, entre 772 y 804, a quienes convirtió al cristianismo.

Otra de sus importantes campañas militares fue contra los ávaros, un pueblo guerrero de origen mongol que atacó la región de Baviera en Alemania. El ejército carolingio logró también tomar el reino lombardo en Italia en el año 774, un reino hostil al Papa Adriano I.

Las tropas de Carlomagno llegaron incluso a cruzar los Pirineos y llegar a la España musulmana en el año 778, para establecer una provincia fronteriza conocida como la Marca hispánica. Estas conquistas militares permitieron ganar un vasto territorio que se extendía desde el Atlántico al río Elba y del mar Báltico a España e Italia.

En la navidad del año 800 el Papa León III corona como emperador a Carlomagno, naciendo entonces el Imperio Carolingio; cuyo ejército se convirtió en el brazo armado de la Iglesia Católica.

Mapa del Imperio Carolingio

Organización del Imperio Carolingio

A pesar de sentirse romano y cristiano, el Imperio Carolingio tenía un modelo de organización germano, con un gobierno absoluto, propio de los emperadores romanos, aunque se permitía a los hombres libres del reino reunirse dos veces al año para celebrar asambleas en las que se aprobaban las leyes capitulares, algo propio de la cultura germana.

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Carlomagno, tenía su residencia en ciudad Aquisgrán, capital del imperio, aunque por algunos periodos residía en sus dominios campestres. En la capital contaba con diversos funcionarios que se encargaban de tareas específicas como el canciller que fungía como su secretario y representante o el chambelán que era responsable de los servicios personales del emperador.

El territorio estaba organizado en condados, cuya actividad económica fundamental era la agricultura y al frente de cada una de estas provincias estaba un conde que detentaba el poder civil y militar. Las provincias fronterizas conocidas como marcas eran gobernadas por los marqueses y su función era resguardar al imperio de las fuerzas hostiles que pretendían invadirlo.

Carlomagno

Una figura resaltante eran los missi dominici (un seglar y un eclesiástico) que visitaban condados y marcas cuidando se cumplieran los designios del emperador.

En su máximo apogeo, el imperio carolingio llegó a tener una población que superaba los 10 millones de habitantes y extender por un territorio de 1.112.000 kilómetros cuadrados, contaba además con su propia moneda, el Denario y mantenía un fuerte comercio regional de rubros como granos, vinos, pescados, sal y metales.

Carlomagno impulsó la creación de escuelas para formar a quienes se convertirían en funcionarios de su gobierno, como un medio para la dominación política y la imposición de la cultura y la religión católica. También impulsó la creación de escuelas y bibliotecas en monasterios e iglesias.

División y desintegración del Imperio

La muerte de Carlomagno en el año 814, aunada al creciente poder e independencia adquirido por condes y marqueses, la gran extensión del imperio y la falta de medios de comunicación se convirtieron en las amenazas fundamentales del Imperio Carolingio.

Ludovico Pío, hijo de Carlomagno, se convirtió en monarca y su reinado estuvo marcado por sucesivos conflictos con la nobleza, cuyos cargos ahora eran hereditarios y no nombrados por el emperador. Ludovico Pío muere en el año 840, tres años más tarde, sus hijos Lotario, Luis el Germánico y Carlos el Calvo, se reparten el territorio del Imperio carolingio, a través del Tratado de Verdún firmado en el 843 y que permitió la creación de tres reinos:

  • Francia occidental, gobernada por Carlos el Calvo, ocupaba el territorio aproximado de la actual Francia
  • Francia oriental o Germania, gobernada por Luis el Germánico, ocupaba el territorio de la actual Alemania.
  • Lotaringia, gobernada por Lotario, ocupaba el territorio de Países Bajos, Alsacia, Italia y Suiza.

Este tratado aceleró la desintegración del imperio de Carlomagno, junto a otros factores como las invasiones bárbaras, normandas, húngaras y sarracenas.